Carabineros de Chile y su complicidad con el apartheid israelí.
A diferencia de lo que sucede con las fuerzas armadas, los proveedores de Carabineros de Chile no son públicos por ley de seguridad del Estado. Pero en el contexto del estallido social, el grupo de hackers internacional Anonymous, develó una cantidad importante de documentos, y entre ellos, se encontraban los artículos que son entregados a las diferentes unidades y comisarías a lo largo del país.
Entre dichas entregas, se encuentran 4 artículos que provienen de Israel: los cascos antibalas de la marca Rabintex -que es comercializado por ejército como Archidatex-, los chalecos antibalas de la misma marca. Además existen dos armas muy importantes, una de ellas es la ametralladora UZI, que que fue creada por Israel Military Industries (IMI), que al momento de privatizarse pasa a ser Israel Weapon Industries (IWI), vendida actualmente por esta última a Chile, arma que además es utilizada para la militarización de la policía chilena y utilizada en la militarización del Wallmapu.
IWI también provee las pistolas Jericho 941, calibre 9mm. Esto pudo ser comprobado ya que existe, entre los documentos filtrados, una boleta de garantía que da cuenta de una compra de 3522 de dichas armas, bajo el nombre de la empresa SAT INTERNACIONAL por dos montos de US$55.000 cada uno, que en pesos chilenos se traduce en dos compras de $37.005.650, siento un total de US$110.000, o sea $74.011.300 en pesos chilenos. Si se calcula el costo individual de cada Jericho, da un costo de $21.013 por arma aproximadamente, que serían US$31.23 dólares aproximadamente.
Otro elemento fundamental que se encuentra vigente, es el vehículo de dispersión Carro Lanza Aguas, o más conocido como guanaco. Y si bien ya existía, hubo una identificación del vehículo represivo por parte de un ciudadano israelí que, mediante una declaración jurada que en el marco de la solicitud de dos ciudadanos chilenos al gobierno de Israel para hacer pública la información entre ambos países durante la dictadura afirmando que durante las protestas en Santiago había un vehículo con dos cañones que lanzaba agua, que se sabía que se realizaba en el kibbutz Beit Alfa.
No es casual que la marca israelí que lleva el nombre de dicho kibutz sea una de las productoras principales de carros antidisturbios, cuya distribución oficial está en Chile está a cargo de la empresa nacional CLK
También se observan reuniones entre la empresa Elta System, perteneciente a la empresa Israel Aerospace Industries (IAI), con el objetivo de vender tecnología para las diferentes fronteras en el país. Dentro de los objetivos de la reunión, llevada a cabo el 4 de marzo del 2019, se expresa textualmente que “Exponer soluciones Tecnológicas en “Seguridad de Fronteras” de la empresa Elta System LTD.”
Además, en febrero del año 2019 se adquirió una nueva flota de carros antidisturbios, y dentro de dicha flota se encuentran 11 carros lanzagases de la marca israelí Plasan, cuyo modelo es el Sandcat PVT, que se ha utilizado en la invasión de Afganistán por parte de Estados Unidos, y con la excusa de la guerra contra el narcotráfico se adquirieron en México y en Colombia. El carro Sandcat puede cumplir múltiples funciones como “cumplimiento de la ley, SWAT y fuerzas especiales, mantenimiento de la paz, seguridad nacional, patrulla de fronteras y conflictos armados. También es utilizado para transportar tropas, comando y control, transporte de armas y cobertura VIP en zonas de conflicto.”
En otras palabras, el carro fabricado por Plasan en Israel es un carro que está hecho para ir a la guerra, lo que demuestra por un lado, la militarización que ha tenido la policía chilena y latinoamericana; y por otro lado la declaración de guerra por parte del gobierno chileno de Sebastián Piñera contra el pueblo.
Referencias: